O Fragón Restaurante. Calificación Propia: 5 ESTRELLAS Dirección: Rúa Cerca, 8, 15155 Fisterra, A Coruña Número: 981 74 04 29
Se trata de un restaurante bastante pequeño. Tiene ocho mesas. Esto hace que el dueño, una amabilísima persona, te muestre más atención, y la cocina ponga más cuidado en lo que hace, y aún más importante, mucho más cariño. Aún recuerdo aquella cena, ya que aunque la especialidad de la casa es el menú degustación, que sirve un número de platos, 6 si no recuerdo mal, que va variando cada día; me dispuse a probar platos sueltos.
El nos explicó muy bien como iba todo. Por la mañana iba a comprar los productos, y si no eran lo mejor de lo mejor, no lo compraba, y se decantaba por otro producto, variando de este modo el plato, y por tanto el menú.
De primero, o también podríamos decir de aperitivo, nos puso unos percebes. Muy bien cuidados y muy bien hechos. La mayoría eran de pezuña roja, y todos eran de una calidad exquisita. Normalmente no solía tener percebes porque no los encontraba de la calidad que el busca, pero esta vez pudimos disfrutar de aquel manjar.
El próximo plato, una de las mayores delicias que he probado en mi vida, una Centolla. Estaba tan bien cuidada, tan bien preparada, había tanto empeño en que saliera perfecta, que al final, lo consiguió. Para que me entiendan, era una especie de "orgasmo bucal". La fusión de sabores hacía que te derritieras frente a esa delicia. Estoy deseando volver a probar una de tales calidades y tal gusto.
Por último, un rodaballo. Que decir de este rodaballo. El mejor que he probado en toda mi vida. Una textura, una suavidad. A mi que no me gustaba mucho. Me quede perplejo frente a tal maestría frente al pescado y ese toque final con la señal de "O Fragon estuvo aquí".
Para terminar, los postres. Tres tipos de postre probé. Tres postres totalmente distintos. Lo único en lo que se parecían era en la dulzura que compartían. Una tarta de chocolate que desaparecía en la boca a medida que se pegaba en el paladar. Un helado y una tarta, que me dejaron asombrado.
Finalmente, el vino que nos acompañaba. Tuvimos la suerte de poder disfrutar de una amable botella de "El Paraguas", un vino blanco que surge de la mezcla de tres uvas distintas, y que con su fusión, producen un vino generoso, simpático con el paladar, y portentoso a medida que cruza la boca.
En conclusión, una cena SUBLIME.
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